sábado, 10 de diciembre de 2016

De las personas que no han renunciado a sí mismas y que están llenas de su propia voluntad.- Maestro Eckhart (1.260 - 1.328)


En verdad, a menos que huyas primero de ti, siempre, donde quieras que vayas, encontrarás trabas e inquietudes, cualquiera fuere ese lugar. Las gentes buscan la paz en las cosas exteriores, en lugares o modos de ser, en personas, en obras o en países lejanos, en la pobreza o en la sumisión. Todo esto, sin embargo, no les da la paz. Los que así buscan lo hacen de un modo totalmente erróneo: más se alejan y menos encuentran lo que pretenden hallar. Van como aquél que ha perdido el camino: cuanto más avanza, más se pierde.

¿Qué es preciso hacer, entonces? Debe uno, ante todo, abandonarse a sí mismo, y de este modo habrá abandonado todas las cosas. En verdad, si un hombre abandonara un reino y el mundo entero y se guardara a sí mismo, no habría abandonado nada; y si un hombre se hubiera abandonado a sí mismo, aun cuando conservara riquezas, honores o lo que queráis, habría abandonado todas las cosas.

[…] Debemos poseer todas las cosas como si nos hubiesen sido prestadas, no dadas, sin ninguna propiedad, tanto el cuerpo como el alma, los sentidos, las facultades, los bienes exteriores, los honores, los amigos, los parientes, las casas, las tierras y todas las cosas.

[…] Como lo dijera San Pablo: “Debemos poseer como si no poseyéramos, y no obstante poseer todas las cosas”. No posee nada como propio aquél que no desea ni quiere nada, ni de sí mismo ni de todo lo que es exterior, ni aun de Dios, ni de ninguna otra cosa.

[…] Aquél que tiene todo lo que quiere y desea, posee la dicha, pero nadie la posee sino aquél cuya voluntad está totalmente unida a la de Dios. ¡Que Dios nos otorgue esta unión! Amén.

Instrucciones espirituales


¿Adónde tengo, pues, que ir? Absolutamente a ninguna parte, a no ser a una naturaleza desnuda y vacía: ella me podría enseñar lo que yo le preguntaba con palabras…

[...] En todo lo que hay sobre la tierra y sobre el cielo nada le puede turbar, debe hallarse en tal paz que si el cielo y la tierra se hallarán invertidos, encontraría paz en Dios.
Proverbios y Leyendas