miércoles, 25 de mayo de 2016

La Comunidad de la Luz o Iglesia Interior.- Karl von Eckartshausen (1752-1803)


“…siempre ha existido una escuela más elevada a la que ha sido confiado el depósito de toda ciencia, esta escuela es la comunidad interior y luminosa del Señor, la sociedad de los Elegidos que se han propagado sin interrupción desde el primer día de la creación hasta el tiempo presente; sus miembros, es cierto, están dispersos por todo el mundo, pero han estado siempre unidos por un espíritu y una verdad; y nunca han tenido más que un conocimiento, una fuente de verdad, un señor, un doctor y un maestro en quien reside substancialmente la plenitud universal de Dios y quien los inició en los altos misterios de la naturaleza y del Mundo Espiritual. Esta comunidad de la Luz ha sido llamada, en todo tiempo, la Iglesia invisible e interior o la comunidad más antigua…”

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“Es necesario, mis muy queridos hermanos en el Señor, daros una idea pura de la Iglesia interior, de esta Comunidad luminosa de Dios que se halla dispersa por todo el mundo, pero que está gobernada por una verdad y unida por un espíritu.

Esta comunidad de la luz existe desde el primer día de la creación del mundo, y durará hasta el último día de los tiempos.

Es la sociedad de los elegidos que conocen la luz en las tinieblas y la separan en lo que tiene de propio.

Esta comunidad de la luz, posee una Escuela en la que el Espíritu de sabiduría instruye él mismo a quienes tienen sed de luz; y todos los misterios de Dios y de la naturaleza se conservan en esta escuela para los hijos de la luz. El conocimiento perfecto de Dios, de la naturaleza y de la humanidad, son objeto de enseñanza en esta escuela. De ella vienen todas las verdades al mundo; es la escuela de los profetas y de quienes buscan la sabiduría; sólo en esta comunidad se encuentra la verdad y la explicación de todos los misterios. Es la comunidad más interior y posee miembros de diversos mundos; he aquí la idea que de ella se ha de tener.

En todo tiempo, lo exterior ha tenido por base un interior, del que lo exterior sólo es su expresión y su plano.

Es así que, en todo tiempo, ha habido una asamblea interior, la sociedad de los elegidos, la sociedad de aquellos que tenían más capacidad para la luz y que la buscaban; y esta sociedad interior era llamada santuario interior o Iglesia interior.

Todo lo que la Iglesia exterior posee, en símbolos, ceremonias y ritos, es la letra cuyo espíritu y verdad están en la Iglesia interior.

Así pues, la Iglesia interior es una sociedad cuyos miembros están dispersos por todo el mundo, pero reunidos en lo interior por un espíritu de amor y de verdad, que en todo tiempo se ocupó en construir el gran templo de la regeneración de la humanidad; por la que el reino de Dios será manifestado. Esta sociedad reside en la comunión de los que tienen más capacidad para la luz, o de los elegidos.

Estos elegidos están unidos por el espíritu y la verdad, y su cabeza es la Luz misma del Mundo, Jesucristo, el ungido de la luz, el mediador único de la especie humana, el Camino, la Verdad y la Vida, la luz primitiva, la sabiduría, el único medium por el cual los hombres pueden volver a Dios.

La Iglesia interior nació inmediatamente después de la caída del hombre, y enseguida recibió de Dios la revelación de los medios por los que la especie humana caída será elevada de nuevo a su dignidad y liberada de su miseria; recibió el depósito definitivo de todas las revelaciones y misterios y la llave de la verdadera ciencia, tanto divina como natural”.

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El misterio de la unión con Jesucristo, no sólo espiritual sino también corporalmente, es el misterio supremo de la Iglesia Interior. Llegar a ser UNO con Él, en espíritu y en ser, es la suprema realización que esperan de sus Elegidos.

Los medios para esta posesión real de Dios están ocultos a los ojos del sabio mundano y son revelados a la simplicidad de los niños.

¡Oh filosofía orgullosa, prostérnate ante los grandes y divinos misterios, inaccesibles a tu sabiduría e impenetrables con las tenues luces de la razón humana!”

La nube sobre el santuario – Cartas metafísicas